Obra en construcción

Palma real / Jorge Boccanera

 
 

 

 

       
 

Reportaje

Anahí Mallol / Noelia Froschaue

 
     

 

 

     
 

Diccionario de la poesía experimental latinoamericana / Clemente Padìn

Neoconcretismo - Poema semiótico - Poema/proceso

 
       

 

 

       
 

Convocatoria

¿De qué se ríe? / wec

   
                 

 

VOX virtual Nº 16 Vol.II. Octubre 2003 - Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina.
Editores: Marcelo Díaz - Gustavo López - Sebastián Morfes - Sergio Raimondi - Nicolás Testoni.
Diseño: Christian Díaz - Carlos Mux.
suscripción gratuita: voxvirtual-alta@eListas.net
e-mail: voxvirtual@revistavox.org.ar. Números anteriores: revistavox.org.ar

 

   

 

 

 
Obra en construcción    

 

Palma real / Jorge Boccanera

   

 

Algunos comentarios sobre este boceto
Lo que iba a llamarse Cuaderno de la selva y ahora se llama Palma Real, sin saber qué nombre tendrá mañana, es un texto en proceso de armado: bosque/jado, podría decirse en alusión a aquello que lo anima: floresta, ramaje, espesura. Creo que comencé a escribirlo hacia mitad de los años 90 en Costa Rica, cuando con un poeta amigo, Norberto Salinas, fuimos a la frontera con Nicaragua a una zona selvática llamada Dos Ríos de Upala. Me conmovió allí lo enmarañado que contenía todos los sabores y los olores, todas las formas y las texturas, y las vidas y las muertes. Escribí algunas líneas en ese momento que retomé en lugares disímiles como Jujuy Oaxaca, Florencia y Kyoto. Algunos textos, también surgieron el año pasado, 2002, en otras zonas de Costa Rica como Tortuguero, al norte y contra el Atlántico, y en el Bosque de los Niños, en la región montañosa de Monteverde.
Este libro, como vaya a llamarse, va a tener, seguro a la selva como eje y motor, una fronda que surge de su propia imaginación y, en una lucha de contrarios, soñará siempre con el desierto. Armo y desarmo este libro todos los días, en un ejercicio de corrección que tiene mucho de juego, de artesanal en su “montaje” y que padezco y gozo sin pretensiones de terminarlo en el corto tiempo. Leo a otros poetas que caminaron por esta cinta moebius, como el mexicano Efraín Bartolomé (“todo futuro es verde) y mi maestro, el poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón (“Por un balcón, en zigzag de inmóvil relámpago, un árbol colosal se tira de cabeza al cielo...los veleros navegan en la selva...como alhajas en llamas vuelan los quetzales”) y me siento acompañado.
No sólo por ellos, también van conmigo los personajes que se incorporaron o que van a ir involucrándose en el libro: pájaros, reptiles, felinos, y demás, unidos a todo aquello que pueda aparecer en el camino, desde una ciudad sumergida como Venecia hasta el Che Guevara con los ojos abiertos sobre una cama de hojas o Ana Frank hamacándose entre los árboles. Pienso que van a pasar cosas en este libro –que, como toda poesía, no encuentra su suceder sólo en el papel- y que será atravesado por la sensualidad, el silbido de la memoria, y los insectos construyendo el silencio con sus mandíbulas devorando las hojas crepitantes. Si trabajar es ir al encuentro de algo, intento viajar hacia los espejos de la selva donde pueda aparecer reflejada la pasión, el tránsito hacia lo que desconozco, y los árboles talados de mi generación, y el deseo.

Banfield, 25 de marzo del 2003

 
Palma real / Jorge Boccanera

El pez de los pantanos gusta del agua cantarina
Kao Che

I
Lo que no es selva es ruina.
Furia que no envejece.
Como la respiración contenida de un dios

La rosa es una máscara.
Oculta el rostro de la selva.
Barro verde.


II
Yo respiro la selva, no lo ves pero yo la respiro,
y voy sujeto al humo de su cuerpo.
El vapor de sus nombres sube por las cañerías de
esta ciudad vieja.
Y respiro su sangre.
Y yo aspiro la selva, y es de un trago, con borbotones,
pelos de animal y cáscaras de fruta descompuesta.
Cosas que fueron otras se deshacen en el plateado de la
noche.
Son estrellas podridas que acunan con aullidos, con un
filo vidrioso y una piedra que duele a cualquier tacto.
Vivo en esa caverna sin paredes.
En sus inscripciones lo enmarañado tiene rostro, los
perfumes gozan su fugacidad eterna.
Aún en mi noche de cemento yo respiro la selva.
Junto a mi almohada pasa un agua inquietante, turbia.


IV
La lapa roja se sueña cuando la miramos.
En ese instante justo.
De serpentear, de culebrear, la selva es una máscara
El tiempo huele así cuando se pudre.

Lo ciego abre las manos, se baña en sus rostros
confusos, se arrastra, reverbera, gime.
Al centro de la rosa: una niña de juguetes quebrados.

La lapa roja está soñándose, siempre
cuando miramos.
(La belleza es así).

V
La selva es una rosa.

VI
El vuelo del halcón peregrino escribe un poema político.
Los arrecifes de coral -sumergidos fuegos de artificio-
escriben un poema político. Cuando el tucán arcoiris da
su mejor perfil, escribe un poema político Las raíces del
cedro amargo reptan en la tierra esponjosa y escriben un
poema político. Las arribadas de tortugas lora escriben
un poema político. Una ceiba de setenta metros cabecea en
la bruma y escribe un poema político. Entre sus fauces el
caimán hace un poema político. El sosiego de una mariposa nocturna escribe un poema político.


VII
El quetzal nunca pía, no canturrea, nunca trinos,
gorjeos, nunca nada.
Lo suyo es aforismo.

VIII
La selva está hecha a lápiz, punta fina
sobre papeles rotos, garabatos que se alzan en el aire y
cajitas de música y el oso perezoso.
Una lágrima verde rueda sobre la lengua del jaguar.
Tierra tatuada, selva con la Palma en el centro
que en un aire de reina despliega su penacho, sus aspas,
su cabellera de hilos, su serena ebriedad.
Abajo, el viento junta restos del universo.


XI
Si miran la hojarasca,
mis ojos
van rezando.

XII
Lo dijo un cocinero francés, Colin se llama, fue en Certaldo,
muy cerca de Firenze, lo escuché de su boca, al rato me
entregó la receta de un paté de tomate. Me lo dijo Colín, el
cocineo. Tiene un jardín de rosas color vino y algunos olivares.
Lo mencionó al pasar: “Vea, la poesía, se come cruda”.


XIII
La imaginación es una pregunta.
Sólo responde el colibrí

XIV
Hay que aprender a leer las hojas, las nervaduras
de las hojas, su canción de crujido, su extendida
memoria de ceniza.
Hay que aprender a leer las hojas, su cuaderno de vuelos,
sus colores disueltos, su libertad, sus huesos diminutos en
la danza, su vocación de ala, de lengua, de canoa, de sexo
de hembra.
Hay que aprender a leer las hojas, sus enjambres ocultos,
su textura, sus oleajes de seda, sus provisiones de agua, su
temblor y su reino de terrones deshechos

XV
Al centro de una fosca,
(“teorema en llamas”, suele decir él)
crónica del delirio, de barroca y frondosa
-que a ratos lo disperso, que a ratos laberinto-
habla de Góngora, advierte:
“pulpo con manos de ángel”, y más nada.
Al centro de un verde abigarrado, don Luis Cardoza
dice: “gran caracol marino”, y nada más .


XVI
La selva: lluvia detenida. Inminente plumaje.
Estar y suceder en una misma boca.
Lo que se anuncia, ya ocurrió.
Anuncios del derrumbe, telegramas vuelto fósiles
a punto de escribirse.
Mi oficio es recibir eso que vive de anunciarse.
Ser la rama de aquello que no se posa nunca.


XVIII
Espectral y magnífica, en medio del follaje, enterrada,
venecia, la mano del palazzo en el corazón de la peste,
tesoros imperiales sobrenadan tus palabras de musgo,
cataratas dormidas te resguardan, ciudad podada, el
esplendor de la devastación, hambres de tintoretto, Gran
Canal sumergido en el polvo, como el amor: cúpulas de
naufragio y ese pez asomado al inframundo, sepultada
venecia. Se le hace agua la boca.


XIX
Todas las bocas de mi cuerpo dan a tu selva.
Y en mi desierto, tu piel forrada en noche.
Pobre del cazador, sus redes de caricias torpes, su ir
en puntas de pie sobre un secreto, su corazón dentado
entre tus sábanas
Vuelvo sobre tus pasos.
A este deseo, lo he deseado

XX
Vos conmigo.
En el aire brilla, todavía, el salto de un jaguar.
Llueve y es plumaje amarillo lo que cae, escarcha
verde, lenguas rojas.
Las hojas alfombran sílabas quebradizas, insectos de
ceniza,
El bosque se calza su armadura de niebla y un árbol
gigantesco tiembla en la breve telaraña.
Yo con vos.
Unos labios se intuyen bajo el barro volcánico.
La mariposa parpadea.
Dentro de la palabra “caoba”, se hace silencio.
La selva te respira, la respiras: chicharras en la boca
del tigre y piedras aulladoras y enormes abejones que
bailan en una sola pata.
El bosque es todo encaje, filigrana, bruma de la
quebrada, helecho y bien arriba el abrazo del musgo con
las nubes.
Una voz: “Deja sólo tus huellas”
Otra más: “Escucha, huele, mira”.
Agua que trastabilla y guacamayas en un aire de asombro,
es la lluvia que duplica al coyote, al zorro hediondo, los
monos cariblanca y al pisote.
Va a aparearse el toledo, y nadie va a perderse ese ritual
Vos conmigo.
Los senderos acercan universos distantes: laberintos hundidos
bajo los lodazales.
Yo con vos.
Dentro del tiempo que transpira, el registro de:
400 plumajes diferentes.
100 mamíferos extraños uno al otro.
Los imposibles rostros de la orquídea.
Y fumarolas. Y relámpagos.
Taladrando el follaje caen goterones despanzurrados.
Es remoto y futuro lo que veo
Vos conmigo.
En este gran caldero: la cuchara de Dios mezcla la selva.

XXI
El colibrí garganta brillante, dice:
“El color blanco es una selva que nadie sueña.
La ranita dorada dice: “Siempre estamos despiertos”.
Las aves del pantano dicen: “Los opuestos se envían
cartas rotas, se dedican linternas herrumbradas, se
buscan para decirse adiós”.
El pájaro sombrilla dice: “Para juntarse los amantes,
uno de los dos muere”.
Los cuervos de voz áspera, dicen: “El árbol del aullido
da corazones rojos”.
El zopilote rey –blanco y mudo- piensa mientras
planea sobre los hormigueros gigantes:
“Lo que no es selva es pobre mundo”.
Luego, todos se callan.
Nieva.

                                       
Jorge Boccanera nació en Bahía Blanca en 1952. Crítico, poeta, periodista. Publicó en poesía, entre otros libros, Los ojos del pájaro quemado, Marimba, Polvo para morder, y el reciente Bestias en un hotel de paso.
                                   
   
  Reportaje  
   
    La entrevista a Anahí Mallol fue realizada por Noelia Froschauer como actividad del Taller de oralidad y escritura II, de la Universidad Nacional de Mar del Plata coordinado por Ana Porrúa. Un informe sobre el mismo y fragmentos de algunas entrevistas pueden leerse en el número 65 de Diario de Poesía.


Anahí Mallol nació en La Plata en 1968. Publicó Postdata [1998] y Polaroid [2001] por editorial Siesta (se puede consultar la reseña de Ana Miravalles en www.revistavox.org.ar/virtual15.htm). La entrevista se refiere, principalmente, a Polaroid, su última publicación, y sus formas de concebir la poesía y de definirse dentro de los noventa. A pesar de declarar una génesis casi azarosa de sus poemas, demuestra tener en claro a qué lugar apunta su producción, o, en otras palabras, bajo qué ideas se reúne.

“El género “entrevista” desconcierta un poco. Creo que si un poeta tiene algo para decir, eso está ahí, en los poemas. Y no creo que la última palabra sobre los textos la tenga el autor, por ejemplo en preguntas como la última. Creo que las relaciones entre una poética y otra, por ejemplo entre mis textos y el Arte-Pop, es una relación hermenéutica que tiene que ver con armados de lectura, no con “programas” o “recetas” de escritura, y en eso, de paso digo, y esto está en relación con otra de tus preguntas, está claro que son los 90 y después, no los 20 ni los 60 ni los 70, tan afectos a las peticiones y proposiciones de principios, a los programas y a los enfrentamientos estereotipados.”

¿Qué elementos generan tu poesía?

No sé si puede hablarse de elementos generadores de la poesía, como si hubiese algo pre-existente a eso que surge con forma de poema. Creo más vale que se trata de una cuestión de materias y materiales en movimiento, de fluidos de ritmos, significaciones. La materia es, ya lo dijo Flaubert, el lenguaje, y a este respecto, un poema puede cristalizar a partir de una frase escuchada en el colectivo, intercambiada con una amiga o con un chico, leída en cualquier revista o periódico, oída en cualquier canción del pop o del rock, o leída en el texto más canónico del canon occidental. Pero la frase o la palabra o el ritmo pueden aparecer también por sí solos, surgir de la quietud de un día de bochorno o de lluvia fina o de una sensación cualquiera: alguien que te mira al pasar, alguien que no te mira, un fotograma de la televisión o del diario, qué sé yo. Sólo hay que estar atento.

¿Cuál es tu proceso de escritura?

Esta respuesta está en relación con lo anterior. No puedo concebir un proceso como una sucesión ordenada, como una organización o como máquina: como si existieran materiales que se procesan en determinada máquina y se obtiene como resultado el poema (así explica Aira la poética de Pizarnik. Si no fuera porque es una boutade, una humorada, sería entre un anacronismo o un error fantástico). Creo que el poema es una síntesis o compacto de sonido y sentido, y de afecto, precepto y concepto, como decía Deleuze. Y en este sentido no hay prioridad: se puede empezar por un ritmo, por una imagen, por un sintagma, pero inmediatamente todo se trabaja al mismo tiempo. El inicio es siempre una mezcla de azar y voluntad, sobre el que se ejerce el arte de la espera: el proceso como mezcla de reflexión y de puro acontecer.

¿Encontrás puntos en común entre tus poemas y los de otros poetas de los '90?

Yo creo que compartimos muchas cosas: un pensamiento no solemne, no trascendente ni metafísico de la poesía, un deseo de “democratización” de los placeres y displaceres de la lectura y escritura de poesía, una actitud que evita la autorreferencialidad extrema y la reflexión teórica en el cuerpo del poema y, sobre todo, una experiencia, la de ser jóvenes en la década del ’90, que se manifiesta en una actitud expectante, en una especie de falta de afecto al hablar hasta de las cosas más terribles, y la presentación de un sujeto, a veces apático, a veces lúdico, siempre cerca del humor y la imposibilidad de creer.
(Escribí un par de ensayos sobre este tema, por ejemplo “Muchachos futboleros, chicas pop y chicas que se hacen las malitas: la poesía joven de los 90' en la Argentina”. En: Pastormerlo, Sergio y Vázquez, María Celia. Literatura argentina. Perspectivas de fin de siglo. Bs. As., Eudeba, 2002 .)

¿Creés que los poemas de autoras femeninas se podrían definir en un
espacio diferente dentro de la poesía de los '90?

No creo que los poemas definan un espacio. Los espacios son definidos más vale por operaciones de lectura, y estas operaciones de lectura nunca son inocentes (lo que Bourdieu analizó a propósito de los creadores se vuelve mucho más feroz en el caso de los críticos y los académicos, ni hablar): las lecturas son siempre políticas, en el buen y en el mal sentido. Hay algunas particularidades ostentosamente “femeninas” (paródicas, irónicas, lúdicas) en los poemas de algunas escritoras mujeres, pero el aire de época de “poesía de los 90” es más fuerte y nos reúne a muchos en un núcleo de percepción-afección-concepción común.

¿Qué lecturas pensás que funcionan en tu escritura?

Habría que ver qué entendemos por lectura. En primer lugar remito a lo del principio: leo lo que cae en mis manos: periódicos, revistas, carteles publicitarios, películas subtituladas, tapas de Cds, libros. También habría que ver qué se entiende por “funcionar en la escritura”. Hay lecturas que me atraviesan, a mí como lectora y no sé si a mis textos, lecturas de libros donde encuentro resonancias estéticas o conceptuales o afectivas o lo que fuera, lo que no quiere decir que puedan verse como “fuentes” o “influencias” en mis textos. ¿Querés algunos nombres? Antes que nada: Proust, Nabokov, Dostoievsky, Oé, Berger para empezar (hay más). También Deleuze, Blanchot. Dickinson, Cendrars, Auster, Carver ¿Poetas y argentinos? Pizarnik, claro que la leí, y Thénon, Bellessi, Rosenberg, Kamenszain, Perlongher, Carrera, Juanele, etc.
Pero dialogo sobre todo con mis compatriotas y contemporáneos.

¿Cómo surge el título Polaroid?

Venía trabajando dos series de poemas bastante diferentes. Una exploraba con bastante atención el detalle, la concentración de imágenes, los colores, la presentación de escenas mínimas, a la que llamé Oleo sobre lienzo (todavía inédita) y provenía de experiencias de lectura o de contemplación plástica (más “clásica” o “literaria”, por llamarla de algún modo); y esta otra, que por su ritmo, más expansivo, casi narrativo por momentos, pero más efímero también en su trabajo con el lenguaje y los temas (más contextualizados) por oposición, titulé así. Pensaba en dos procesos diferentes, uno de resultado rápido y efímero, otro lento y duradero, una velocidades distintas, unas calidades determinadas, dos técnicas, dos espacios, dos modos de acercamiento. El surgimiento del título Polaroid tiene mucho que ver también con un viaje a New York que hice hace un par de años.

¿Por qué razón utilizás en los poemas Polaroid la mezcla de registros?

No sé si uso la mezcla de registros o si esa mezcla me usa a mí. ¿Estuviste alguna vez en un subte neoyorkino o del D.F. o podés imaginarlos? El bombardeo de lenguas, estilos, imágenes, registros, culturas, religiones, razas, clases, orientaciones sexuales, es verdaderamente impactante. La idea de que hay una sola lengua nacional, o de que todos manejan la lengua standard, es una de las operaciones básicas del fascismo del lenguaje. Además todos, así como somos varios, usamos varias lenguas, o registros, o variedades, o como se llame, o nos convendría aprender a usarlas, para no ser fascistas, para no ser subordinados (dichos por otros).

¿En que consiste en Polaroid la relación con el Arte Pop? En este sentido, "lengua Stone", ¿Podría leerse como un manifiesto?

Yo no sé cuál es mi relación con el Pop-Art, salvo la certeza de haber visto una muestra de Warhol, una del Di-Tella, y un par de cosas de Lichtenstein. Pero vivo aquí y ahora, cerca de una metrópoli, o cerca de varias durante la ilusión del uno a uno, inmersa en todas las más grandes del mundo cada vez que prendo la radio o el televisor o me contacto a Internet. (¿Nunca te despertaste en medio de la noche y te preguntaste no sobre las posibilidades o imposibilidades de la catarsis aristotélica de las obras de arte en la era de su reproductibilidad técnica sino, simple o complejamente, de qué se ríe Jack Nicholson?)
En cuanto a “Lengua Stone”, si es un manifiesto, es más vale de Pablo Shanton que mío. No creo ya en los “manifiestos”. A veces algún poema puede leerse como una especie de “ars poética” y eso es interesante. (¿probaste con “Blues de San Francisco” cruzado a “Suicide Blonde”? )

           
     
           
  Diccionario de la poesía experimental latinoamericana    
           
    El neoconcretismo    
     
    El neoconcretismo, tendencia impulsada por Ferreira Gullar surge, en sus palabras, como reacción al excesivo "objetivismo de los poetas racionalistas del grupo Noigrandes que intentan imitar a la máquina...En lugar de acentuar las relaciones mecánicas entre las palabras, busqué acentuar el vacío entre ellas, el silencio. La página se tornó, a mis ojos, silencio materializado". En su texto "Teoria del No-Objeto" (1960) define lo "no-dicho" como la única fuente de la poesía que se trasmite a través del no-objeto. No es "un anti-objeto sino un objeto especial en el cual se pretende realizada una síntesis de experiencias sensoriales y mentales: un cuerpo transparente al conocimiento fenomenológico, íntegramente perceptible, que tiende a la percepción sin dejar resto. Una pura apariencia".

Su formulación poética se sustenta no en la destrucción del verso sino en el replanteo de la sintaxis visual. Las palabras rodeadas por el blanco de la página, aún siendo silencio, funcionan "como un espacio simbólico de ampliación de lo significado(...) El espacio vivencial de la palabras se suma al espacio existencial" (de Sá, 1977).

Así, al concitar la participación del espectador como co-gestor y actualizador del poema y, al establecer la preeminencia del tiempo a la duración en la cual se produce la vivencia transcendental del no-objeto, se fundan las premisas del arte y la poesía de los años siguientes, sobre todo, las formas expresivas que habrían de popularizar el Conceptualismo en su doble vertiente: tanto en las artes de la acción, el happening, la performance, el evento, las ambientaciones o instalaciones, etc., como las artes del lenguaje, volcadas al estudio de las posibilidades del lenguaje verbal, a través del metalenguaje, las paradojas y las autorreferencias.


EJEMPLO

               
     
               
    Veamos un poema neoconcreto de Ferreira Gullar, "Verde Erba", de su libro "Poemas" (1958). La preocupación por la sintaxis visual se superpone a la mera destrucción del verso: "(...) el poema deja de fluir como una frase para concretizarse en el espacio de la página, según las fuerzas de la Psicología de la Gestald." (Ferreira Gullar, 1957). El blanco no como pausa, a la manera del blanco mallarmeano sino como silencio que corresponde a la realización vivencial del momento poético, es decir, como espacio existencial...una presencia concreta que se percibe sobre el espacio real del mundo".

Así, el "verde" se organiza sintácticamente para permitir que "erba" trasmita su carga expresiva. El "verde" no en tanto representación del color "verde" propio, además del objeto "erba" sino, como "una presencia concreta", una suerte de presentación física del objeto a través de su representación lingüística, la palabra "verde" adjetivando a "erba" que irradia toda su fuerza expresiva como si la hubiéramos visto u oído por primera vez.

               
    Poema semiótico  
               
    El poema semiótico es el desarrollo radical de una de las tendencias de la poesía concreta, la tendencia matemática que enfatiza el proceso por sobre lo estructural y que tiene como base la obra de Wlademir Dias-Pino. Por diferentes caminos, tanto Luis Angelo Pinto como Decio Pignatari, poetas concretos de San Pablo, habían llegado a los mismos resultados que Dias-Pino y cuando sus poemas fueron publicados en Invençao nr. 4, diciembre 1964, fueron llamados poemas Pop-Cretos por Augusto de Campos creyendo ver en ellos una manifestación del Pop Art. Decio Pignatari, en una entrevista concedida a Correio da Manha, el 21 de Agosto de 1965, llama a sus obras poemas códigos o semióticos, a la vez que reconoce la paternidad de Dias-Pino con respecto al descubrimiento: "(...)logramos un nuevo lenguaje: son los poemas código o semióticos (...) a la hora del descubrimiento, me acordé de que Wlademir Dias-Pino ya lo había hecho dos años antes" (en Vozes, nr. 1, enero 1977, Petrópolis, Río de Janeiro, Brasil). La aclaración exhaustiva viene a cuento a la hora de precisar quién fue realmente el creador del Poema/Proceso pues, se sabe, éste nace de áquel.

Al poema semiótico, que suele ser analógico a la manera de los ideogramas chinos, le es necesario una sintaxis o un ordenamiento en unidades discretas como en el pensamiento lógico o el lenguaje discursivo. En verdad, las formas clásicas como p.e., el soneto, la décima, el haiku y otras, tampoco poseen una estructura totalmente lógico-formal, ya que las palabras deben ordenarse analógicamente en versos, cuartetos, etc., respetando ritmos, rimas, acentos, etc. Todas estructuras extremadamente rigurosas formalmente. En cuanto al poema semiótico, las formas o símbolos que lo componen requieren de claves léxicas para su lectura, a la manera de un programa que traduce el poema a códigos verbales.

La estructura visual se metaformiza en la estructura verbal, es decir, en donde se concreta el isoformismo espacio-temporal. La correspondencia entre el significado y la expresión visual se conjugan en una única estructura y, también, se conjuga con la expresión oral o fónica. En palabras de Moacy Cirne (1977): "Realismo semiótico: la práctica significante del texto en su absolutización semántica: signo de signos".

EJEMPLO

Veamos el poema semiótico de José de Arimathea, publicado en Vozes nr. 64, 1970, Petrópolis, Brasil:

                               
       
                               
    En este poema se privilegia lo visual, siendo el código lingüístico un descifrador intersemiótico del código pictórico propuesto. Pero no sólo la presencia de lo lógico-discursivo está presente en el significado de las claves indicadas sino en la propia "historia" que narra: el crecimiento espacial de uno de los símbolos, "hambre", en detrimento de los otros, "mundo" y "hombre". El proceso que dinamiza la estructura se realiza a través del crecimiento del espacio ocupado por el ícono "hambre". Primero se apodera del espacio del ícono "hombre" y, luego, hace lo propio con el ícono "mundo". El ícono "hambre" pasa a ocupar todo el espacio significativo del poema y se correlaciona, finalmente, con el ícono "muerte". La deglución del ícono "hombre"conlleva, también, el de "mundo", puesto que el "hombre" sería condición necesaria de su existencia. La ocupación total del "mundo" coincide con el fin del poema pudiendo significar la inseparabilidad de ambas categorías: "hambre" y "mundo". El espacio-tiempo consubstancial y equivalente a "mundo" se concreta visualmente. El ícono "muerte" se relaciona con la figura final del poema que se caracteriza por la ocupación del espacio semántico de "hombre" y "mundo" con el ícono "hambre".

Pero hay más, el juego visual entre los colores blanco y negro y la retícula que, a medida que avanza el poema, se intercambian entre sí. Esto juega un papel decisivo en la expresión y funciona como otro nivel de lectura, pese a que su tema es el mismo que el anterior. La retícula de "hombre" va desapareciendo en tanto avanza el blanco de "hambre" hasta hacerla desaparecer totalmente en el penúltimo cuadro. Contrapuntísticamente "mundo" está presente en tanto es blanco y ausente cuando es negro. "Hombre" deviene blanco en tanto desaparece, al contrario de "mundo". El ícono "hambre" permanece fuera de este proceso: no desaparece nunca del poema. Su proceso no es binario como en "mundo" (blanco/negro) o como en "hombre" (retícula/blanco) sino la paulatina ocupación de los otros espacios. Sin embargo está no es la única lectura que podemos hacer de este poema...

                               
    Poema/proceso              
                               
    El Poema/Proceso, surgido en 1967, en Río de Janeiro y Natal, Brasil, es la consecuencia radical de los planteos teórico-prácticos de la poesía concreta. Esta tendencia de la poesía concreta brasileña surge de la obra de Wlademir Dias-Pino, sobre todo de sus obras expuestas en las históricas exposiciones de 1956: A AVE y SOLIDA.

El paso intermedio en esta evolución lo constituye el poema semiótico, la bisagra que articularía la poesía que se vale de la palabra de aquella otra que, sin desterrarla totalmente, prefiere valerse de otros lenguajes. En el poema semiótico la palabra es sustituida por figuras o íconos que se ordenan serialmente de tal manera que pudieran configurar un texto, para el cual se dispone de un código lingüístico traductor.

Las primeras manifestaciones del Poema/Proceso son la revista "Ponto" y el manifiesto "Proposiçao" (Dias-Pino, 1971). A comienzos de 1968, tienen lugar las acciones más importantes del movimiento, sobre todo, el "rasga-rasga", el rompimiento de libros de poetas discursivos en las escalinatas del Teatro Municipal de Río de Janeiro. A partir de allí, el movimiento se difundió rápidamente en todo el Brasil logrando el apoyo y participación de decenas de poetas en todo el país para cerrar sus actividades al cabo de 5 años, en 1972, con la publicación del manifiesto "Parada Opçao Tactica".

El Poema/Proceso implica un rompimiento con la poesía concreta de la cual deriva. Sus aportes teóricos y la idea de que el poema no se "escribe" solamente con palabras sino con signos de cualquier lenguaje provoca una extensión del concepto "literatura" (definido, hasta ese momento, por el uso determinante del lenguaje verbal) y deriva en una concepción no tan limitante de la literatura ahora basada en la Semiótica, es decir, una literatura que admita la expresión de sus contenidos a través de otros lenguajes, con o sin la exclusión del significado verbal.

Uno de los aportes fundamentales del P/P es la separación radical entre "poesía", de naturaleza abstracta y subjetiva y "poema", de naturaleza material y objetiva: "No hay Poesía/Proceso. Lo que hay es Poema/Proceso porque lo que es producto es el poema. Quien encierra el proceso es el poema". Si para la poesía concreta el verso se descalifica como soporte poético, para el Poema/Proceso es la palabra (la poesía tipográfica) la que impide la visualización del proyecto o la expresión del material usado, limitando seriamente la comunicación.

EJEMPLO

La "lectura" o versión de la obra tal cual la propone el Poema/Proceso que implica el desencadenamiento de versiones a través del consumo creativo, desacredita la esteticidad -sujeta al manejo ideológico de los comunicantes- e impone la funcionalidad comunicacional. Así, el creador único y omnipotente y su estilo personal desaparecen vía consumo masivo. El contraestilo se vuelca, no a la manipulación del conocimiento ya dado en un lugar y momento histórico determinado (la relación estructural de lo vigente y legitimado institucionalmente) sino la conquista de la información. Como ejemplo veamos el Poema/Proceso "12 x 9" de Alvaro de Sá (1967):

                               
         
                               
Y la versión que mereció a otro poeta del movimiento, Moacy Cirne (1968):
         
 
         
La historieta de de Sá desentraña el proceso típico de esta forma de expresión: los cuadros y los globos, su dirección, tamaño, ubicación, texturas, etc., son expuestos no formalmente sino en su relación estructural, es decir, una forma altera a la siguiente y otras interrelaciones. La versión de Moacy Cirne, a través de su lectura creativa, modifica el proyecto incorporándole elementos informacionales que pudieran hacer del poema de de Sá otro proyecto aunque, en este caso, se trata de una manipulación de los hechos históricos propios del momento y lugar donde ocurrieron: el Brasil de 1968. Su aporte al poema de de Sá ha sido la inclusión de dos series constrastadas (juventud contestataria versus ejército, mecanismo de represión del Estado) y la resolución final en el propio marco de la historieta: el globo que estalla dentro del cuadro final.
           
         
           
Convocatoria
         

¿De qué se ríe? / wec

¿Te cansaste de que los líderes mundiales te pinten la cara?

¿Te preguntaste alguna vez de qué se ríen esos hijos de la coyuntura?

Hacenos saber tus respuestas interviniendo la foto de Bush

         
     
         

Para poder intervenir a Bush entrá en la sección de Net Art en revistavox.org.ar o elegí en estas opciones on-line o bajarte el archivo al rígido.

Intervení la imagen utilizando cualquiera de las herramientas, efectos y colores disponibles. También podés agregar un título o texto breve al costado.

Una vez terminada:

1- Apretá la tecla "Impr. Pant."

2- Abrí el word.

3- "edición" - "pegar" (o control + v).

4- Enviá el archivo como dato adjunto a: wec@revistavox.org.ar

agregá: Nombre, ciudad, país y todo lo que quieras agregar.

A partir de diciembre la intervenciones se podrán ver en www.revistavox.org.ar